Mark Twain escribió una vez en Pudd’n head Wilson’s New Calendar que “La verdad es más extraña que la ficción”. En ninguna parte es más cierto que en la discusión de la vida extraterrestre. Hasta ahora, en este blog, hemos hablado de ficción y de historias que no se pueden confirmar. Si bien es posible que uno o más de los cuentos contados por Arnold o Adamski o The Hills sean una interpretación objetiva y precisa de sus experiencias, las anécdotas son una fuente de conocimiento poco confiable, sin importar cuán entretenida y divertida sea.
Para una pregunta como si los extraterrestres en realidad existen o cómo podrían verse, tenemos que recurrir a la ciencia y, para parafrasear a Twain, lo que aprendemos aquí es mucho más extraño que la ficción. Es muy poco probable que los alienígenas sean humanoides. Las probabilidades de que ellos puedan comernos son nulas. El rango de lo posible es mucho más amplio que las restricciones impuestas por los cineastas y la necesidad de tener una trama reconocible.
En las próximas entradas, iremos en una dirección diferente, una que es mucho más probable que nos enseñe algo acerca de los alienígenas reales, físicos, en lugar de los extraterrestres como un fenómeno social terrestre.
Los biólogos han explorado algunas de las innumerables posibilidades de planos corporales que se ven aquí en la Tierra en los diversos mamíferos, aves, reptiles e insectos. La investigación científica más reciente ha ampliado considerablemente nuestra comprensión de las diversas reacciones bioquímicas que pueden conducir a la vida. Respirar oxígeno y exhalar dióxido de carbono es una excelente manera de mantener vivo un organismo, pero de ninguna manera es la única forma. Los tipos de vida en la Tierra pueden existir en entornos que nos matarían a ustedes y a mí, pero el rango de posibles entornos en la Tierra palidece en comparación con aquellos en otros planetas, ambientes en los que ninguna vida terrestre sobreviviría. Sin embargo, los científicos saben de maneras en que otros químicos pueden combinarse que servirían para los mismos propósitos que nuestra respiración y metabolismo familiar, algunos de los cuales proceden a presiones que lo comprimirán al tamaño de un chícharo y temperaturas que congelan el aire completamente sólido. A fin de comprender el alcance de lo que podría ser la vida, debemos explorar el alcance de lo posible y ahondar en las restricciones impuestas a la vida por las reglas físicas y químicas de la materia misma. En estas entradas, exploraremos qué tipo de cosas rigen la forma de los posibles alienígenas reales.
Es importante recordar que solo porque algo es físicamente posible, no significa que realmente ocurra. Si la física y la química permiten un tipo particular de extraterrestre, podría existir en una galaxia distante y es probable que nunca la encontremos. Por lo tanto, cuando preguntamos sobre qué extraterrestres encontraremos si nos aventuramos en la galaxia, deberíamos hacernos la simple pregunta: “¿Pero qué extraterrestres existen realmente en nuestro vecindario estelar (si es que hay alguno)?” La forma más segura de hacerlo es simplemente preguntarles. Literalmente, al leer esto en este momento, científicos alrededor del mundo están escuchando la radio de los cielos, con la esperanza de identificar el débil sonido que nos trae la voz de nuestros potenciales vecinos. Hablaremos sobre estos científicos y su búsqueda a través de las décadas también. Así que sentémonos y demos una clavado en lo que la ciencia nos enseña sobre los extraterrestres.
