El termino inocuidad alimentaria no tiene una definición aceptada de forma global. De hecho, es utilizada en ocasiones, de forma errónea, en relación a los defectos en los productos alimenticios que tienen más que ver con la calidad de los mismos que con la inocuidad. Por ejemplo, el deterioro microbiano de los alimentos puede hacer que sea poco atractivo, o incluso no comestible, pero, si los microorganismos detectados y/o los subproductos derivados de su crecimiento, así como su metabolismo, no presentan un efecto adverso a la salud, entonces no es, de manera estricta, cuestión de inocuidad alimentaria, pero sí de aceptabilidad del producto. Para el propósito de las entradas en este, su blog de confianza, la inocuidad alimentaria puede ser definida como la práctica de garantizar que los alimentos no causen daño al consumidor. Esta simple definición cubre un amplio rango de tópicos, desde la higiene personal, a los procedimientos de mayor complejidad técnica, diseñados para remover los contaminantes de los más sofisticados procesos de alimentos y/o sus ingredientes. Esencialmente, la práctica de la inocuidad de los alimentos, se puede derivar en tres operaciones básicas:
i) Protección de la cadena de suministro alimentaria de contaminación dañina.
ii) Prevención del desarrollo y la propagación de la contaminación perjudicial.
iii) Eliminación eficaz de la contaminación y sus contaminantes.
La mayoría de los procedimientos de inocuidad alimentaria en una o más de estas categorías. Por ejemplo, las buenas prácticas de manufactura se refieren a la protección de los alimentos contra la contaminación, el control efectivo de la temperatura está diseñado para prevenir el desarrollo y propagación de la contaminación, y la pasteurización es una medida desarrollada para eliminar los contaminantes.
