{"id":1428,"date":"2017-11-29T13:26:27","date_gmt":"2017-11-29T19:26:27","guid":{"rendered":"http:\/\/laenciclopediagalactica.info\/?p=1428"},"modified":"2017-11-29T13:26:27","modified_gmt":"2017-11-29T19:26:27","slug":"vida-extraterrestre-inicio-del-concepto","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/laenciclopediagalactica.info\/2017\/11\/29\/vida-extraterrestre-inicio-del-concepto\/","title":{"rendered":"Vida Extraterrestre \u2013 Inicio del Concepto"},"content":{"rendered":"

Un platillo plateado flotante, tal vez puntuado con luces de colores. Un diminuto ser gris, con ojos grandes, negros, sin alma, con forma de almendra. Voces fantasmales y telep\u00e1ticas. Una losa dura y g\u00e9lida. Instrumentos m\u00e9dicos de plata. Empujones y golpes, especialmente alrededor de la ingle. Luego regresas a donde estabas, con una inquietud y un per\u00edodo de tiempo sin explicaci\u00f3n.Estos son los elementos de muchos cuentos alien\u00edgenas modernos. Durante m\u00e1s de 70 a\u00f1os, la humanidad ha construido lentamente un mito alrededor de los extraterrestres. Incluso aquellos de nosotros que no tenemos experiencia personal con OVNIs, platillos voladores, o algo por el estilo conocemos la historia. En este blog, platicaremos de d\u00f3nde han surgido esos elementos. Como veremos, esa narraci\u00f3n particular es reciente, construida a partir de un pu\u00f1ado de cuentos de progenitores y reforzada por el hecho de que se le repite una y otra vez tanto persona como persona en los medios.<\/p>\n

Pero, aunque la fascinaci\u00f3n del p\u00fablico en general por la cuesti\u00f3n de la vida extraterrestre ha crecido enormemente en el \u00faltimo siglo, el inter\u00e9s no es nuevo.<\/p>\n

En esta entrada, te encontrar\u00e1s con eruditos del Renacimiento que hicieron la pregunta (Y algunos que murieron por su temeridad). Aprender\u00e1 sobre las ideas presentadas en el siglo diecinueve, algunas de buena fe y algunas falsificaciones para generar publicidad. Aprender\u00e1 sobre lo que nuestros antepasados \u200b\u200bpensaron sobre nuestros vecinos celestiales: la Luna y Marte.<\/p>\n

Y entonces comenzamos. Para discutir lo que significa la existencia de vida extraterrestre, primero debemos responder una pregunta diferente, espec\u00edficamente la de si existen otros planetas. Despu\u00e9s de todo, si no hay otros planetas, es dif\u00edcil siquiera preguntar si la vida existe en lugares distintos de la Tierra.<\/p>\n

La historia comienza, como ocurre a menudo, con los primeros griegos. Los escritos de Arist\u00f3teles tuvieron el mayor impacto en la cuesti\u00f3n, y su argumento se arraig\u00f3 en su f\u00edsica y cosmolog\u00eda. Por ejemplo, Arist\u00f3teles postul\u00f3 un universo geoc\u00e9ntrico, en el cual la Tierra estaba en el centro, rodeada por una esfera de estrellas en posiciones fijas. Entre los dos hab\u00eda otras esferas, cada una con el sol, la luna y los planetas errantes. Estos planetas errantes no se imaginaron que fueran similares a la Tierra. Las teor\u00edas f\u00edsicas de Arist\u00f3teles postulaban cuatro elementos: aire, fuego, tierra y agua. \u00c9l afirm\u00f3 que cada uno de ellos ten\u00eda una afinidad natural. La Tierra se hundi\u00f3 hacia el planeta, el fuego huy\u00f3 del planeta, mientras que el agua y el aire ten\u00edan afinidades intermedias. De acuerdo con su l\u00f3gica, esto implicaba que no podr\u00eda haber m\u00e1s que un planeta.<\/p>\n

De lo contrario, la tierra no sabr\u00eda d\u00f3nde caer… hacia nuestro planeta o hacia alg\u00fan otro. La l\u00f3gica era simple y la conclusi\u00f3n convincente. (Tambi\u00e9n es una acusaci\u00f3n mordaz del papel de la l\u00f3gica pura en el discurso cient\u00edfico sin orientaci\u00f3n emp\u00edrica.) Si bien hubo ideas de la competencia en ese momento, la posici\u00f3n de Arist\u00f3teles domin\u00f3 el pensamiento acad\u00e9mico durante unos 2,000 a\u00f1os, aproximadamente.<\/p>\n

Si la cuesti\u00f3n de la vida extraterrestre depend\u00eda primero de la existencia de planetas no terrestres, la primera grieta en la armadura de la l\u00f3gica aristot\u00e9lica se puede remontar a Nicol\u00e1s Cop\u00e9rnico. Justo antes de su muerte en 1543, se public\u00f3 su libro Sobre las Revoluciones de las Esferas Celestiales (De revolutionibus orbium coelestium<\/em>). En \u00e9l, postul\u00f3 una cosmolog\u00eda muy diferente. En su teor\u00eda helioc\u00e9ntrica, el sol estaba en el centro del universo y todos los planetas, incluido el nuestro, giraban en torno a \u00e9l. Y, por supuesto, si la Tierra no es central para el universo, entonces es probable que tampoco lo sea la humanidad. Cop\u00e9rnico no escribi\u00f3 acerca de las implicaciones de su teor\u00eda sobre la cuesti\u00f3n de la vida extraterrestre, pero para otros era claro que lo persegu\u00edan.<\/p>\n

El fraile dominico Giordano Bruno, nacido apenas cinco a\u00f1os despu\u00e9s de la muerte de Cop\u00e9rnico, era un poco del tipo \u201ccat\u00f3lico chico malo\u201d. Eventualmente quemado en la hoguera por herej\u00edas religiosas, cuestion\u00f3 muchas de las ideas aceptadas en ese momento. Pertinente a nuestros intereses aqu\u00ed, postul\u00f3 que, si nuestro sol era una estrella rodeada de planetas, entonces todas las estrellas ser\u00edan soles rodeados de planetas. Si nuestro planeta ten\u00eda vida, entonces otros tambi\u00e9n lo tendr\u00edan.<\/p>\n

El Mensajero Sideral (Sidereus nuncius<\/em>) de Galileo, publicado en 1610, redujo a\u00fan m\u00e1s la idea del \u2018excepcionalismo\u2019 terrestre. Vio las lunas de J\u00fapiter y describi\u00f3 la superficie de la luna de la Tierra como monta\u00f1as y topograf\u00eda similar a la Tierra. Su contempor\u00e1neo Johannes Kepler fue a\u00fan m\u00e1s aventurero, sugiriendo que la luna estaba habitada, con personas viviendo en cuevas en el lado de los cr\u00e1teres. El \u2018genio de los extraterrestres\u2019 estaba fuera de la botella.<\/p>\n

Los a\u00f1os siguientes involucraron discusiones t\u00edpicas del per\u00edodo entre te\u00f3logos, fil\u00f3sofos y cient\u00edficos nacientes. En un per\u00edodo en el que la instrumentaci\u00f3n cient\u00edfica no fue suficiente para resolver el debate (Un estado de cosas que persiste hoy en d\u00eda), no es sorprendente que imagines a las personas inteligentes de la \u00e9poca intentar razonar y proponer muchas hip\u00f3tesis. No hubo un ganador convincente en el debate sobre si otros mundos llevaban vida. Sab\u00edamos que hab\u00eda otros planetas en nuestro sistema solar y que otras estrellas albergar\u00edan sus propios planetas. Pero, en un per\u00edodo de la historia en el que personas cultas cre\u00edan que la vida proven\u00eda de un Creador, a diferencia de los procesos naturales, es dif\u00edcil imaginar un progreso sustancial en la cuesti\u00f3n sobre la base de la raz\u00f3n sola.<\/p>\n

Dos avances importantes en el conocimiento cient\u00edfico en la d\u00e9cada de 1850 y 1860 pusieron la discusi\u00f3n en un terreno m\u00e1s s\u00f3lido. Primero, Charles Darwin public\u00f3 su teor\u00eda de la evoluci\u00f3n en 1859, que ten\u00eda una implicaci\u00f3n obvia para la vida extraterrestre como lo fue para la variante terrenal (On the Origin of Species<\/em>). En segundo lugar, la d\u00e9cada de 1860 fue la d\u00e9cada en la que los f\u00edsicos comenzaron a usar la espectroscopia de una manera seria. La espectroscopia temprana us\u00f3 prismas para separar la luz en sus colores constituyentes. Por ejemplo, estudiar la luz absorbida o emitida por un gas permite a los cient\u00edficos determinar su composici\u00f3n. En 1868, las investigaciones espectrosc\u00f3picas de la luz emitida por el sol revelaron una l\u00ednea amarilla brillante que no pod\u00eda atribuirse a los elementos conocidos, lo que llev\u00f3 a Sir Norman Lockyear a postular que el sol conten\u00eda un elemento desconocido que \u00e9l llamaba helio (Basado en el Dios Griego Helios). Esencialmente, la espectroscopia permiti\u00f3 a los cient\u00edficos hacer un an\u00e1lisis qu\u00edmico sin tocar el objeto que se estudia.<\/p>\n

De manera similar, los cient\u00edficos podr\u00edan utilizar sus espectroscopios en luz proveniente de los planetas del sistema solar. Al estudiar el espectro, es posible determinar las sustancias en la atm\u00f3sfera planetaria. La observaci\u00f3n de ox\u00edgeno, nitr\u00f3geno y agua indicar\u00eda que la atm\u00f3sfera del planeta era como la nuestra, donde sabemos que existe la vida. Combinado con el conocimiento que obtenemos de la evoluci\u00f3n, parece probable que la vida se pueda formar en cualquier lugar donde haya un ambiente favorable. No es un argumento herm\u00e9tico, pero ciertamente es plausible y volveremos hacia \u00e9l, en alguna publicaci\u00f3n posterior. Desde mediados hasta finales de 1800 marca el punto donde las respuestas a la cuesti\u00f3n de la vida extraterrestre se hicieron accesibles a trav\u00e9s del dominio de los instrumentos cient\u00edficos.<\/p>\n

En este per\u00edodo, los telescopios fueron lo suficientemente buenos como para poder estudiar la superficie de la luna en detalle. Para todos, excepto algunos exc\u00e9ntricos, estaba claro que era una pelota sin vida, o al menos eso parec\u00eda. Sin agua, sin atm\u00f3sfera, nada m\u00e1s que rocas y cr\u00e1teres. Con la luna fuera de la imagen, la atenci\u00f3n del cient\u00edfico se dirigi\u00f3 a Marte y Venus, ya que eran nuestros vecinos planetarios. En una entrada posterior, me gustar\u00eda tocar esta fascinaci\u00f3n con los vecinos hablando sobre extraterrestres en la ciencia ficci\u00f3n.<\/p>\n

1835 La Farsa de la Luna<\/em><\/p>\n

Antes de continuar nuestra historia de la b\u00fasqueda de la vida extraterrestre en los planetas cercanos, debemos recordar que este tema no trata solo de lo que piensan y piensan los cient\u00edficos, sino tambi\u00e9n de lo que piensa el p\u00fablico. Antes de que la ciencia pudiera desacreditar por completo la idea, la posibilidad de vida lunar se ve\u00eda como plausible. Una serie de historias en el New York Sun<\/em> en agosto de 1835 trajeron a los extraterrestres a sus lectores de una manera dram\u00e1tica y llamativa.<\/p>\n

Para comprender mejor el cuento, se requiere retroceder en el tiempo unos cinco a\u00f1os antes de que comience y echar un vistazo al periodismo de principios del siglo XIX. En 1830, los peri\u00f3dicos eran diferentes de los que tenemos ahora. Habitualmente, solo hab\u00eda dos tipos de peri\u00f3dicos en esa \u00e9poca: los pol\u00edticos y los comerciales. Los pol\u00edticos fueron publicados por los partidos pol\u00edticos para avanzar en su agenda espec\u00edfica, mientras que los comerciales fueron escritos para que la comunidad empresarial informara a los ricos sobre lo que estaba sucediendo en la esfera econ\u00f3mica. Los equivalentes modernos de este \u00faltimo podr\u00edan ser el Wall Street Journal o el Financial Times. Los peri\u00f3dicos se vend\u00edan por suscripci\u00f3n y costaban seis centavos por d\u00eda o unos veinte d\u00f3lares al a\u00f1o. Eso era bastante dinero en ese momento, y, en consecuencia, los peri\u00f3dicos tend\u00edan a ser le\u00eddos a detalle y pod\u00edan tener una circulaci\u00f3n de cien a doscientos lectores. Los peri\u00f3dicos eran conservadores, porque tend\u00edan a respaldar el material en sus p\u00e1ginas. (Aunque su pol\u00edtica podr\u00eda no ser conservadora, de hecho, podr\u00edan ser bastante radicales.) En cierto modo, llevar un anuncio era un respaldo.<\/p>\n

El mundo cambi\u00f3 el 3 de septiembre de 1833, cuando Benjamin Day comenz\u00f3 a publicar el New York Sun. Tal vez la historia m\u00e1s famosa escrita en el Sol fue el editorial de 1897 \u00ab\u00bfHay un Santa Claus?\u00bb (M\u00e1s com\u00fanmente llamado \u00abS\u00ed, Virginia, hay un Santa Claus\u00bb). Sin embargo, en 1833, el Sun cambi\u00f3 las reglas del juego, ya que se vend\u00eda por un centavo por copia. Fue el primero de los peri\u00f3dicos en la ciudad de Nueva York que se convirti\u00f3 en lo que se conoc\u00eda como la \u00abprensa de centavos\u00bb. Debido a que el costo era menor, la \u00fanica forma en que los peri\u00f3dicos como \u00e9l pod\u00edan mantenerse en el negocio era a trav\u00e9s de las ventas por volumen. La frase \u00abExtra, extra, lea todo al respecto\u00bb surgi\u00f3 a partir de este momento. En los meses previos a la historia que estoy a punto de contar, la circulaci\u00f3n diaria del New York Sun hab\u00eda alcanzado unas 20,000 copias. Las prensas de centavos estaban m\u00e1s cerca de lo que actualmente llamamos tabloides, llenas de rumores e historias del papel secante de la polic\u00eda, llenas de detalles salaces. Si llevaban un anuncio, ciertamente no implicaba un endoso. Los lectores esperaban ser entretenidos e informados. Y, como veremos, de uno de esos peri\u00f3dicos surgi\u00f3 uno de los primeros frenes\u00edes medi\u00e1ticos. El viernes, 21 de agosto de 1835, el Sun public\u00f3 un peque\u00f1o aviso en la segunda p\u00e1gina del peri\u00f3dico: \u00abAcabamos de enterarnos por medio de un eminente editor en esta ciudad que Sir John Herschel en el Cabo de Buena Esperanza ha realizado algunos descubrimientos astron\u00f3micos de la descripci\u00f3n m\u00e1s maravillosa, por medio de un inmenso telescopio de un principio completamente nuevo \u00ab.<\/p>\n

Sir John Herschel fue un excelente cient\u00edfico y matem\u00e1tico. Hijo de Sir William Herschel (Descubridor del planeta Urano), construy\u00f3 un telescopio con un di\u00e1metro de 18 pulgadas y una distancia focal de 20 pies que le permiti\u00f3 explorar el espacio con gran detalle. Por su trabajo cient\u00edfico, fue nombrado Caballero de la Real Orden G\u00fclfica en 1831. Parti\u00f3 de Inglaterra hacia Sud\u00e1frica en el oto\u00f1o de 1834, llevando su telescopio consigo. El objetivo era estudiar el cielo del sur. Dada la reputaci\u00f3n de Hershel, tal vez no sea sorprendente ver un anuncio de su trabajo si hubiera avanzado en la instrumentaci\u00f3n astron\u00f3mica. El p\u00fablico de 1835 estaba tan fascinado por el espacio como lo estamos hoy. Otros peri\u00f3dicos en Nueva York no mencionaron el anuncio. El martes 25 de agosto, el Sun comenz\u00f3 a publicar una serie de columnas durante seis d\u00edas describiendo la observaci\u00f3n de la vida en la superficie de la luna. Y no solo se observaron las formas de vida ordinarias, sino la vida inteligente con una civilizaci\u00f3n avanzada. Sin embargo, el primer d\u00eda fue un poco m\u00e1s ordinario.<\/p>\n

Describi\u00f3 un nuevo telescopio. La serie de columnas se titul\u00f3 \u201cGreat Astronomical Discoveries Lately Made by Sir John Herschel<\/em>\u201d (Grandes Descubrimientos Astron\u00f3micos Realizados Recientemente por Sir John Herschel) y se supon\u00eda que ser\u00eda una reimpresi\u00f3n de un suplemento del Edinburgh Journal of Science<\/em>. En esencia, esto era como si el peri\u00f3dico estuviese reimprimiendo un n\u00famero especial de una revista cient\u00edfica escocesa, aunque el editor les dijo a los lectores que algunos detalles t\u00e9cnicos y matem\u00e1ticos hab\u00edan sido omitidos. El art\u00edculo del peri\u00f3dico fue acompa\u00f1ado por una nota editorial que dec\u00eda: \u00abComenzamos esta ma\u00f1ana la publicaci\u00f3n de una serie de extractos del nuevo Suplemento de la Revista de Ciencia de Edimburgo (Edinburgh Journal of Science)<\/em>, que nos han sido cort\u00e9smente provistos por un caballero m\u00e9dico de Escocia, como consecuencia de un p\u00e1rrafo que apareci\u00f3 el viernes pasado en el Courant de Edimburgo. La porci\u00f3n que publicamos hoy es una introducci\u00f3n a los descubrimientos celestiales de mayor inter\u00e9s y m\u00e1s universal que cualquier otro, en cualquier ciencia a\u00fan conocida por la raza humana\u00bb. Sin embargo, en realidad, el Edinburgh Journal of Science<\/em> hab\u00eda suspendido la publicaci\u00f3n dos a\u00f1os antes, pero eso era no conocido de manera extensa.<\/p>\n

El primer d\u00eda describi\u00f3 un nuevo telescopio, con una lente de 24 pies de di\u00e1metro, hecho de excelente vidrio. El peso de la lente era de un poco m\u00e1s de siete toneladas. Eso s\u00ed, el telescopio m\u00e1s grande jam\u00e1s construido con una lente (en lugar de un espejo) ten\u00eda un di\u00e1metro de 49 pulgadas. Pero el telescopio se volvi\u00f3 a\u00fan m\u00e1s extravagante. Debido a su gran tama\u00f1o, era capaz incluso de estudiar \u00abla entomolog\u00eda de la luna, en caso de que ella tuviera insectos sobre su superficie\u00bb. Esa es una afirmaci\u00f3n bastante impresionante. Adem\u00e1s del gran telescopio, el excelente rendimiento fue posible gracias al uso de un \u00abmicroscopio de hidro-ox\u00edgeno\u00bb para iluminar la imagen. Esencialmente, la afirmaci\u00f3n era que el telescopio alimentado en un microscopio y por lo tanto la capacidad de estudiar de cerca la superficie de la luna se logr\u00f3.<\/p>\n

Si lees el art\u00edculo original, te sorprenden la presencia de muchos detalles que lo hacen sonar m\u00e1s aut\u00e9ntico, como el fabricante de la lente, el nombre del asistente de Herschel y la relaci\u00f3n del asistente con el famoso padre de Herschel. Hoy en d\u00eda, esta atenci\u00f3n a los detalles suena como el resultado de un periodista de investigaci\u00f3n dotado y diligente. Sin embargo, como veremos, fue un cuento encantador, contado con suficiente detalle para convencer a muchos lectores.<\/p>\n

El segundo d\u00eda de la saga comenz\u00f3 con una discusi\u00f3n sobre por qu\u00e9 era necesario colocar el telescopio en el hemisferio sur, pero finalmente se convirti\u00f3 en intrascendente y describi\u00f3 lo que Herschel vio mientras miraba la superficie de la luna o, como declaraba el art\u00edculo, \u00abYa no ocultar\u00e9 a nuestros lectores los descubrimientos m\u00e1s generales y altamente interesantes que se hicieron en el mundo lunar\u00bb. \u00bfQu\u00e9 vio \u00e9l?<\/p>\n

Bueno, lo primero que se observ\u00f3 fue roca bas\u00e1ltica, pero cuando la Tierra cambi\u00f3, lo que se movi\u00f3 a su campo de visi\u00f3n fue un estante de roca \u00abprofusamente cubierto con una flor roja oscura\u00bb, similar a las amapolas rosadas vistas en los campos de ma\u00edz terrenales. M\u00e1s inspecciones revelaron \u00e1rboles, pero solo uno, grande y con reminiscencias de tejos en la Tierra. Se hab\u00eda observado vida alien\u00edgena, pero solo de la variedad vegetal.<\/p>\n

La b\u00fasqueda posterior revel\u00f3 cristales hermosos, enormes, violetas, vibrantes de color y bermell\u00f3n. Paisajes m\u00e1s all\u00e1 de lo imaginable y un vasto bosque, esta vez con \u00e1rboles \u00abde todo tipo imaginable\u00bb, el autor report\u00f3 continuas manadas de cuadr\u00fapedos marrones que se parec\u00edan mucho al bisonte. Los bisontes fueron seguidos por gregarios, cabras-unicornio \u00abazuladas tipo plomo\u00bb. Pel\u00edcanos, grullas, una criatura anfibia, esf\u00e9rica extra\u00f1a que rodaba a lo largo de las playas: se hab\u00eda observado la vida animal.<\/p>\n

El art\u00edculo del d\u00eda tres hablaba de m\u00e1s geolog\u00eda y la primera observaci\u00f3n de vida lunar inteligente, aunque primitiva. Esta vida tom\u00f3 la forma de un b\u00edpedo, sin cola, un castor que llevaba a sus cr\u00edas en sus brazos y viv\u00eda en peque\u00f1as chozas. El humo en las proximidades de las caba\u00f1as revel\u00f3 que los castores hab\u00edan conquistado el fuego. Seg\u00fan el art\u00edculo, la cuesti\u00f3n de la vida inteligente extraterrestre hab\u00eda sido definitivamente respondida, aunque lo mejor estaba por venir.<\/p>\n

El d\u00eda cuatro fue tal vez el punto culminante de la narraci\u00f3n, cuando se observaron humanoides inteligentes. Ten\u00edan cerca de cuatro pies de alto y estaban cubiertos con cabello corto y brillante color cobre, excepto en sus rostros. Sus rostros eran amarillentos, similares a un orangut\u00e1n. Tambi\u00e9n ten\u00edan alas. Las alas ten\u00edan forma de murci\u00e9lago, por lo que el autor las llam\u00f3 Vespertilio-Homo (U hombre murci\u00e9lago). Mientras los observadores ve\u00edan el comportamiento de las criaturas, el art\u00edculo aplaz\u00f3 una discusi\u00f3n sobre lo que vieron para un art\u00edculo posterior y m\u00e1s detallado. La humanidad ya no estaba sola en el universo.<\/p>\n

\u00a0<\/strong>Ser\u00eda dif\u00edcil para el d\u00eda cinco eclipsar las revelaciones del d\u00eda anterior. La costumbre literaria requiere un desenlace. El art\u00edculo discuti\u00f3 m\u00e1s geolog\u00eda, observaciones de oc\u00e9anos, islas, etc. Sin embargo, un valle particular destacaba con colinas construidas de m\u00e1rmol blanco como la nieve o tal vez cristal semitransparente y adyacentes a una monta\u00f1a en llamas, ya que en este valle se levantaba lo que parec\u00eda ser un templo abandonado, de forma triangular y hecho de puro zafiro. El techo estaba construido de un metal amarillo, con forma de llama en la construcci\u00f3n. Como el templo parec\u00eda abandonado y todos los observadores vieron vuelos de palomas lunares que aterrizaban en los pin\u00e1culos del techo, no pudieron especular sobre el significado de las im\u00e1genes del templo. Una b\u00fasqueda m\u00e1s profunda revel\u00f3 otros dos templos ubicados a una distancia lejana.<\/p>\n

\u00a0<\/strong>El d\u00eda seis fue la \u00faltima entrega de la saga de Vespertilio-Homo. Los astr\u00f3nomos vieron m\u00e1s murci\u00e9lagos, esta vez m\u00e1s cerca de los templos. Estos murci\u00e9lagos eran m\u00e1s grandes que los anteriores, de color m\u00e1s claro y \u00aben todos los aspectos una variedad mejorada de la raza\u00bb. Felices y sociables, estas nuevas personas se sentaron en grupos pasando el tiempo, \u00abNo tuvimos oportunidad de verlos en realidad dedicado a cualquier trabajo de la industria o el arte; y hasta donde pudimos juzgar, pasaron sus horas felices recogiendo varias frutas en el bosque, comiendo, volando, ba\u00f1\u00e1ndose y holgazaneando en las cumbres de los precipicios \u00ab. Con estas observaciones, el finaliza el registro del estudio de Vespertilio-Homo.<\/p>\n

\u00a0<\/strong>El art\u00edculo contin\u00faa diciendo que los astr\u00f3nomos dejaron el telescopio y se acostaron, solo para despertarse al d\u00eda siguiente y descubrir que el telescopio se hab\u00eda alineado inadvertidamente con el sol y la imagen resultante comenz\u00f3 a incendiar el edificio. Afortunadamente, no se hab\u00eda producido ning\u00fan da\u00f1o grave, pero tardaron varios d\u00edas en limpiar el holl\u00edn y el desorden, momento en el que la luna ya no se encontraba en el cielo nocturno. Herschel luego se dedic\u00f3 a estudiar los anillos de Saturno, que descubri\u00f3 que eran restos de dos mundos que hab\u00edan colisionado.<\/p>\n

\u00a0<\/strong>Herschel estaba ocupado catalogando sus observaciones de estrellas que hab\u00eda visto, por lo que sus asistentes volvieron a mirar a la luna, esta vez viendo una forma incluso superior de Vespertilio-Homo. \u00abEran de una belleza personal infinitamente mayor, y aparecieron en nuestros ojos apenas menos bellos que las representaciones generales de los \u00e1ngeles por las escuelas de pintores m\u00e1s imaginativas\u00bb. El autor (uno de los asistentes de Herschel) concluy\u00f3 diciendo que postergar\u00eda la discusi\u00f3n de estas personas angelical murci\u00e9lago hasta Herschel podr\u00eda escribir algo \u00e9l mismo. Huelga decir que el Herschel real no tuvo parte en esto. En realidad, estaba investigando al sur del ecuador y se sinti\u00f3 m\u00e1s que ofendido cuando m\u00e1s tarde escuch\u00f3 las libertades que se hab\u00edan tomado con su reputaci\u00f3n.<\/p>\n

\u00a0<\/strong>Entonces terminaron las seis columnas en el Sun<\/em>. \u00bfQu\u00e9 impacto tuvieron estas columnas en el p\u00fablico? Bueno, simplemente, fue enorme. El Sun<\/em> vendi\u00f3 su circulaci\u00f3n total de aproximadamente 20,000 ejemplares. Adem\u00e1s, los peri\u00f3dicos que compiten en Nueva York reimprimieron la historia. Aproximadamente 100,000 copias del art\u00edculo se imprimieron solo en la ciudad de Nueva York (en un momento en que la poblaci\u00f3n de Nueva York era de solo 300,000). Sin radio, ni siquiera con tel\u00e9grafo, la historia viaj\u00f3 por todo el pa\u00eds con relativa lentitud, aunque lleg\u00f3 en las principales ciudades del este como Boston, Filadelfia y Baltimore en cuesti\u00f3n de d\u00edas. Les tom\u00f3 un par de semanas llegar al Medio Oeste y un mes a Europa. Revistas en ingl\u00e9s y franc\u00e9s reimprimieron los art\u00edculos, sin nombrar el origen del material como un peri\u00f3dico de prensa de centavos en los Estados Unidos. La historia incluso se reimprimi\u00f3 en Edimburgo. Dado que el Sun<\/em> atribuy\u00f3 la fuente original al Courant<\/em> de Edimburgo, presumiblemente los escoceses sab\u00edan que era falso, pero lo reimprimieron de todos modos.<\/p>\n

Si bien la circulaci\u00f3n del Sol no cambi\u00f3 dr\u00e1sticamente con la historia, s\u00ed imprimieron un folleto que conten\u00eda las seis columnas, acompa\u00f1ado de varias litograf\u00edas que mostraban representaciones imaginarias de los descubrimientos de Herschel. Uno de estos se reproduce en la siguiente figura, mientras que el Sun <\/em>nunca revel\u00f3 cu\u00e1ntos panfletos se vendieron, los escritores posteriores estimaron que el n\u00famero ser\u00eda de aproximadamente 60,000. A un costo de doce centavos por panfleto, el Sun <\/em>termin\u00f3 ganando bastante dinero.<\/p>\n

\"\"<\/a>
Esta litograf\u00eda no apareci\u00f3 en los peri\u00f3dicos, pero se incluy\u00f3 en un folleto posterior impreso por el New York Sun, que inclu\u00eda los seis art\u00edculos que detallaban el enga\u00f1o lunar de 1835, as\u00ed como varias figuras que daban un \u00e9nfasis dram\u00e1tico al texto. Cr\u00e9dito Nueva York Sun.<\/figcaption><\/figure>\n

Con 100,000 copias de la historia impresas en Nueva York, junto con un gran n\u00famero impreso en otros lugares de los Estados Unidos y el mundo, el enga\u00f1o lunar de 1835 fue uno de los primeros eventos medi\u00e1ticos y algo que hubiera sido imposible solo cinco a\u00f1os antes. La invenci\u00f3n de prensas de vapor, junto con papel menos costoso, hizo que fuera econ\u00f3mico producir peri\u00f3dicos en grandes cantidades. Cuando esto se combin\u00f3 con el modelo de negocio que vendi\u00f3 los peri\u00f3dicos por un centavo y utiliz\u00f3, por primera vez, vendedores de peri\u00f3dicos en las esquinas para venderlos, se pudo llegar r\u00e1pidamente a un gran n\u00famero de personas. El enga\u00f1o tambi\u00e9n tuvo un impacto en el periodismo como un todo, comenzando una discusi\u00f3n sobre la cuesti\u00f3n de los est\u00e1ndares en el periodismo y si los periodistas ten\u00edan la obligaci\u00f3n de informar la verdad.<\/p>\n

No pas\u00f3 mucho tiempo antes de que se reconociera que el informe del Sun<\/em> era un enga\u00f1o, pero hubo un breve per\u00edodo de tiempo en que el p\u00fablico en general qued\u00f3 paralizado por la idea de la vida extraterrestre. Los eruditos de la \u00e9poca todav\u00eda debat\u00edan la cuesti\u00f3n de si la Luna podr\u00eda albergar vida. La evidencia fue bastante fuerte en contra, sobre todo al ver a La luna pasar frente a las estrellas. La imagen de las estrellas en telescopios permaneci\u00f3 n\u00edtida hasta el \u00faltimo segundo, lo que sugiere que la Luna no ten\u00eda atm\u00f3sfera. El aire en la Luna habr\u00eda hecho borrosas las im\u00e1genes de las estrellas. Sin embargo, mientras el debate continu\u00f3 entre la comunidad de acad\u00e9micos, la pregunta fue mencionada menos entre el p\u00fablico. La historia del Sun<\/em> lo puso en primer plano. El pensamiento sobre extraterrestres era ahora la corriente principal.<\/p>\n

Marte<\/em><\/p>\n

Mientras que la farsa lunar de 1835 fue un evento totalmente ficticio, la cuesti\u00f3n de la vida en Marte permaneci\u00f3 cient\u00edficamente acreditada durante mucho m\u00e1s tiempo. Por un lado, Marte est\u00e1 mucho m\u00e1s lejos de la Tierra, por lo que es mucho m\u00e1s dif\u00edcil de imaginar. Adem\u00e1s, el di\u00e1metro de Marte es dos veces m\u00e1s grande que la luna, lo que hace que el planeta sea m\u00e1s parecido a la Tierra. Los casquetes polares se observaron en Marte ya a mediados del siglo XVII y se estudiaron con cierto detalle por William Herschel (El padre de John Herschel, mencionado en la farsa lunar). De hecho, la especulaci\u00f3n sobre la cuesti\u00f3n de la vida en Marte (Especialmente vida inteligente) alcanz\u00f3 un tono febril a finales de 1800.<\/p>\n

Quiz\u00e1s el mejor lugar para comenzar esta historia es con el astr\u00f3nomo franc\u00e9s Camille Flammarion. Era un divulgador de la ciencia, y sus lectores ten\u00edan la misma probabilidad de ser acad\u00e9micos como miembros del p\u00fablico general educado. Su primer libro La Pluralit\u00e9 des mondes habit\u00e9s<\/em> (La pluralidad de los mundos habitados) se public\u00f3 en 1862 y plante\u00f3 la idea de que hab\u00eda muchos mundos habitados en el universo. No fue el primero en sugerir la idea, pero fue uno de los primeros en sugerir que los extraterrestres podr\u00edan ser realmente extra\u00f1os, en lugar de simples variantes en los humanos. En dos de sus libros, propuso varias especies ex\u00f3ticas, incluidas plantas inteligentes.<\/p>\n

Su libro Astronomie populaire<\/em> fue publicado en 1880 y traducido a la English Popular Astronomy<\/em> en 1894. El libro est\u00e1 lleno de especulaciones sobre la vida extraterrestre, tanto lunar como marciana, y vendi\u00f3 m\u00e1s de 100.000 copias en franc\u00e9s. Su libro de 1892 La Plan\u00e8te Mars et ses conditions d’habitabilit\u00e9<\/em> (El planeta Marte y sus condiciones para la vida) apoy\u00f3 la idea de los canales marcianos construidos por una civilizaci\u00f3n avanzada.<\/p>\n

Flammarion no fue el creador de la idea de los canales marcianos. Esa distinci\u00f3n vino del cient\u00edfico italiano Giovanni Schiaparelli. Y para comprender ese cuento es necesario que aprendamos algo de astronom\u00eda b\u00e1sica.<\/p>\n

El per\u00edodo orbital de Marte es de 687 d\u00edas terrestres, y su \u00f3rbita tambi\u00e9n es muy exc\u00e9ntrica, desde 207 millones de kil\u00f3metros hasta 250 millones de kil\u00f3metros del Sol. En consecuencia, aproximadamente cada dos a\u00f1os, Marte y la Tierra est\u00e1n relativamente cerca de la oposici\u00f3n. Este t\u00e9rmino significa que Marte estaba frente al Sol y, por lo tanto, se pod\u00eda ver directamente sobre su cabeza a la medianoche. Cuando se toma en cuenta la \u00f3rbita de la Tierra, aproximadamente cada 15 a\u00f1os los dos planetas son especialmente cercanos. Debido a estos factores astron\u00f3micos, los a\u00f1os 1877, 1892 y 1909 fueron especialmente auspiciosos para ver a Marte, ya que parec\u00eda ser aproximadamente el doble de ancho que en los dem\u00e1s a\u00f1os.<\/p>\n

Mientras los astr\u00f3nomos hab\u00edan observado Marte durante milenios, fue en 1877 que las cr\u00f3nicas marcianas se calentaron, porque ese fue el a\u00f1o en que Giovanni Schiaparelli inform\u00f3 haber observado \u00abcanali\u00bb en Marte. Canali es una palabra italiana que significa \u00abcanales (Channel, en ingl\u00e9s)<\/em>\u00ab, pero fue mal traducido al ingl\u00e9s como \u00abcanales (Canals)<\/em>\u00ab. Y \u00abcanales (Canals<\/em>)\u00bb tiene una implicaci\u00f3n importante. Significa un curso de agua excavado artificialmente. En una \u00e9poca en que el Canal de Suez se hab\u00eda abierto recientemente (1869) y la excavaci\u00f3n del Canal de Panam\u00e1 hab\u00eda comenzado (1881), es inevitable que la palabra excite la imaginaci\u00f3n de las personas que la escucharon. En los 15 a\u00f1os transcurridos entre las oposiciones de 1877 y 1892, hubo especulaciones sobre la naturaleza de los canales e incluso un amargo desacuerdo sobre si exist\u00edan o no. Los telescopios del d\u00eda eran t\u00edpicamente refractores y, en consecuencia, eran relativamente peque\u00f1os. Era bastante dif\u00edcil resolver claramente las caracter\u00edsticas en Marte, por lo que la cuesti\u00f3n de si los canales se observaban era necesariamente subjetiva. Si bien las observaciones de los a\u00f1os posteriores no se realizaron en las condiciones \u00f3ptimas de 1877, otros de los m\u00e1s fuertes tambi\u00e9n informaron haber visto canales en observatorios de todo el mundo. Otros no lo hicieron y el debate se desencaden\u00f3 dentro de la comunidad astron\u00f3mica. NOTA IMPORTANTE: <\/strong>Es importante aclarar que otro de los conceptos aplicables a la palabra Canali (Channel)<\/em> es tambi\u00e9n: Un camino, curso, direcci\u00f3n de pensamiento, o acci\u00f3n; solo por citar un ejemplo. De all\u00ed la importancia de que, al momento de traducir, se tenga que interpretar el contexto, y no adaptar a la primera palabra que nos venga a la mente.<\/p>\n

La cuesti\u00f3n de los canales artificiales en Marte era apremiante, y los astr\u00f3nomos esperaban la pr\u00f3xima oposici\u00f3n \u00f3ptima en 1892 para resolver el problema. El libro de 1892 de Camille Flammarion sobre el h\u00e1bitat de Marte y La vita sul pianeta Marte<\/em> de Schiaparelli de 1893 (Que literalmente significaba Vida en el Planeta de Marte) fueron oportunos. El recibo de un cient\u00edfico en ciernes del libro de Flammarion como regalo de Navidad tuvo un gran impacto imprevisto en el debate sobre los canales marcianos y la conciencia del p\u00fablico sobre la cuesti\u00f3n.<\/p>\n

Percival Lawrence Lowell naci\u00f3 en una familia adinerada en Boston, Massachusetts, el 13 de marzo de 1853. Su familia hizo su dinero en la industria textil Lowell, y \u00e9l era un estudiante de sexta generaci\u00f3n en la Universidad de Harvard. Lowell era un estudiante brillante e interesado en la ciencia. En su graduaci\u00f3n universitaria en 1876, pronunci\u00f3 un discurso sobre la \u00abHip\u00f3tesis Nebular\u00bb que describe la formaci\u00f3n del sistema solar. Despu\u00e9s de la graduaci\u00f3n y la gira obligatoria por Europa, Lowell atendi\u00f3 los asuntos comerciales de su familia y viaj\u00f3 extensamente por el Lejano Oriente, donde escribi\u00f3 varios libros sobre Jap\u00f3n que fueron bien recibidos en los Estados Unidos.<\/p>\n

En 1893, el a\u00f1o en que sali\u00f3 el libro con el nombre provocativo de Schiaparelli, Lowell recibi\u00f3 el presente que trajo peque\u00f1os hombres verdes al p\u00fablico. Despu\u00e9s de devorar el libro de Flammarion, decidi\u00f3 convertirse en astr\u00f3nomo a tiempo completo y centrarse en el planeta Marte. A mediados de enero de 1894, los peri\u00f3dicos de Boston informaron que Lowell hab\u00eda decidido financiar un observatorio en Arizona. La ubicaci\u00f3n fue seleccionada debido a su altitud y cielos oscuros y despejados. Flagstaff, Arizona, se convirti\u00f3 en el centro de la investigaci\u00f3n marciana.<\/p>\n

La investigaci\u00f3n comenz\u00f3 r\u00e1pidamente, porque si se perd\u00edan la oposici\u00f3n de 1894, la siguiente oposici\u00f3n favorable era de 15 a\u00f1os en el futuro. El observatorio de Lowell subi\u00f3 r\u00e1pidamente y gir\u00f3 sus telescopios hacia Marte. Inicialmente, \u00e9l y su equipo usaron dos telescopios temporales, uno de 12 pulgadas y otro de 18 pulgadas. \u00c9l vio canales y muchos de ellos. Eventualmente 183 canales ser\u00edan reportados por Lowell y sus asociados; el primer art\u00edculo sali\u00f3 a fines del verano de 1894 (Ver siguiente figura).<\/p>\n

 <\/p>\n

\"\"<\/a>
Percival Lowell y sus asistentes catalogaron muchos canales que cre\u00edan haber observado en la superficie de Marte. Este dibujo de 1905 da una indicaci\u00f3n de la extensa red de canales que cre\u00eda haber encontrado. Cr\u00e9dito: Lowell Observatory Archives.<\/figcaption><\/figure>\n

Este art\u00edculo no solo describi\u00f3 los canales que observ\u00f3, sino que fue mucho m\u00e1s all\u00e1, revelando su motivaci\u00f3n subyacente. Porque, aunque los astr\u00f3nomos tradicionales podr\u00edan querer entender a Marte, estaba claro que Lowell ya hab\u00eda tomado una decisi\u00f3n. Estaba seguro de que estaba viendo la firma de la civilizaci\u00f3n marciana. Se pensaba que Marte era un mundo viejo y moribundo, seco y cada vez m\u00e1s desolado. Cre\u00eda que la antigua civilizaci\u00f3n de Marte hab\u00eda construido una vasta red de canales para llevar el agua de los casquetes polares a las zonas de latitud media y ecuatoriales en un intento por sobrevivir. Se pensaba que los parches oscuros que se observaban en los telescopios eran oasis en los que los marcianos ten\u00edan dep\u00f3sitos de agua y segu\u00edan teniendo una existencia dura y desesperada. Lowell detall\u00f3 sus ideas en tres libros: Mars<\/em> (1895), Mars and Its Canals <\/em>(1907) y Mars as the Abode of Life<\/em> (1908). Lowell no era simplemente un astr\u00f3nomo aficionado. Era un v\u00e1stago de una familia adinerada de Boston, encantador cuando quer\u00eda serlo, y apasionado por sus intereses. Adem\u00e1s de observar los cielos, Lowell se movi\u00f3 en c\u00edrculos de moda. Su nombre y riqueza le dieron acceso a los motores y agitadores del d\u00eda. Fue invitado a las fiestas de \u00abPrimero en la lista\u00bb, donde deslumbrar\u00eda a los asistentes con sus ideas sobre Marte. Los editores de peri\u00f3dicos y revistas que asistieron conoc\u00edan una buena historia cuando escucharon una. Las historias fueron impresas. Una gran cantidad de ellas.<\/p>\n

Lowell ha sido llamado acertadamente el divulgador de astronom\u00eda m\u00e1s influyente antes de Carl Sagan. Las historias sobre \u00e9l se salpicaron de manera notoria en las principales publicaciones peri\u00f3dicas. Por ejemplo, el 9 de diciembre de 1906, la edici\u00f3n dominical del New York Times public\u00f3 una columna sobre Lowell que ocupaba m\u00e1s del 80% de la portada, con el t\u00edtulo \u00abThere Is Life on the Planet Mars<\/em>\u00ab. El autor citaba con frecuencia a Lowell: \u00abEste descubrimiento se debe al genio brillante, la energ\u00eda persistente y el poder maravilloso en la investigaci\u00f3n de Percival Lowell\u00bb.<\/p>\n

Si bien la fama de Lowell en la prensa popular fue alta, hubo muchos esc\u00e9pticos en la comunidad cient\u00edfica. La situaci\u00f3n no era una en la que solo hab\u00eda dos posiciones: canales y sin canales. Algunos astr\u00f3nomos aceptaron canales, pero como fen\u00f3menos naturales, mientras que otros aceptaron marcas caracter\u00edsticas en la superficie marciana que cambiaron con el tiempo y se tomaron como variaci\u00f3n de la vegetaci\u00f3n estacional. El astr\u00f3nomo W. W. Campbell revis\u00f3 el libro de Lowell sobre Marte y dijo: \u00abSr. Lowell fue directo desde la sala de conferencias a su observatorio en Arizona; y acept\u00f3 que sus observaciones establecieron sus puntos de vista pre-observacionales en su libro. \u00abCampbell acept\u00f3 los canales como caracter\u00edsticas reales, pero le pareci\u00f3 rid\u00edcula la atribuci\u00f3n de las caracter\u00edsticas como evidencia de trabajo inteligente. Campbell tambi\u00e9n era consciente de que la cantidad de agua disponible en la atm\u00f3sfera de Marte era extremadamente baja y encontr\u00f3 que la falta de agua era una prueba convincente de que no podr\u00eda haber civilizaci\u00f3n en el planeta.<\/p>\n

El impacto de la defensa de Lowell se puede medir de muchas maneras, pero quiz\u00e1s la m\u00e1s fuerte es la aparici\u00f3n de historias de la civilizaci\u00f3n marciana en la ficci\u00f3n. Posiblemente la primera ocurrencia ser\u00eda la novela de 1898 de H. G. Wells La Guerra de los Mundos (War of the Worlds)<\/em>. A fines de la d\u00e9cada de 1880, Wells se form\u00f3 como profesor de ciencias y escribi\u00f3 un libro de texto de biolog\u00eda. Sin embargo, en 1894 se uni\u00f3 a la revista cient\u00edfica Nature como cr\u00edtico. Gran parte de su escritura sirvi\u00f3 para traducir las innovaciones altamente t\u00e9cnicas de la \u00e9poca victoriana en t\u00e9rminos familiares para el lector educado. Su ensayo Intelligence on Mars<\/em>, publicado en 1896 en Saturday Review<\/em>, especulaba sobre la vida en Marte y c\u00f3mo los habitantes podr\u00edan hacer frente a lo que \u00e9l consideraba un planeta m\u00e1s viejo. Gran parte del art\u00edculo, incluida su conjetura de que los marcianos podr\u00edan trasladarse a otro planeta para sobrevivir, se encontr\u00f3 en su famosa obra de ficci\u00f3n La Guerra de los Mundos. Incluso incorpora los informes de un destello de luz observado en Marte por un astr\u00f3nomo en 1894 (Y publicado en la edici\u00f3n de agosto de Nature<\/em>) como el comienzo del libro. En alguna publicaci\u00f3n posterior, platicar\u00e9 sobre como La Guerra de los Mundos describe la invasi\u00f3n de la Tierra por los marcianos y su posterior derrota por parte de los microbios de la Tierra.<\/p>\n

Lowell es una figura central de la emoci\u00f3n sobre la inteligencia marciana, pero \u00e9l no fue el autor de la idea ni la resolvi\u00f3. Era simplemente un verdadero creyente, elocuente y entusiasta, que se destacaba por comunicar su visi\u00f3n. De hecho, Lowell nunca abandon\u00f3 realmente sus creencias, incluso cuando fueron descartadas por mejores medidas.<\/p>\n

El a\u00f1o 1909 fue cuando hubo otra oposici\u00f3n particularmente favorable para Marte y cuando los canales marcianos fueron descartados, al menos en lo que respecta a la comunidad cient\u00edfica. El cient\u00edfico que desvaneci\u00f3 los sue\u00f1os de aquellos que esperaban que se hab\u00eda demostrado que la humanidad no estaba sola en el universo era Eugene Antoniadi, un astr\u00f3nomo griego que gan\u00f3 fama en su vida posterior como erudito de la astronom\u00eda griega y egipcia antigua. El hecho de que Antoniadi fue quien resolvi\u00f3 el debate lleg\u00f3 con cierta iron\u00eda, ya que trabaj\u00f3 en el observatorio de Flammarion en 1894 y public\u00f3 sus resultados en la revista de la French Astronomical Society<\/em>, que comenz\u00f3 Flammarion. Pero as\u00ed de peque\u00f1o es el mundo de la astronom\u00eda profesional.<\/p>\n

Antoniadi pudo ver manchas oscuras de forma irregular en la superficie de Marte, pero concluy\u00f3 definitivamente que los canales en s\u00ed eran \u00abuna ilusi\u00f3n \u00f3ptica\u00bb. Su resultado lleg\u00f3 a los Estados Unidos, donde se estaba conectando una nueva clase de telescopios, los grandes reflectores El reflector de 60 pulgadas en Mount Wilson se dirigi\u00f3 a Marte, y el director le escribi\u00f3 a Antoniadi, diciendo: \u00abMe inclino a estar de acuerdo con usted en su opini\u00f3n … que los llamados ‘canales’ de Schiaparelli est\u00e1n hechos de peque\u00f1os regiones oscuras e irregulares. \u00abAntoniadi continu\u00f3 observando Marte, escribiendo su propio libro La plan\u00e8te Mars<\/em> en 1930. Pero en 1909 el mundo astron\u00f3mico sigui\u00f3 su curso.<\/p>\n

Como suele ser el caso en estas situaciones, hubo verdaderos creyentes que se negaron a aceptar las nuevas conclusiones. Hasta su muerte en 1916, Lowell sostuvo que aquellos que no pudieron ver los canales estaban equivocados y haciendo un trabajo descuidado. Adem\u00e1s, todav\u00eda ten\u00eda la atenci\u00f3n de muchos de los l\u00edderes en los medios populares. Por ejemplo, en el n\u00famero del 27 de agosto de 1911 de la revista Sunday<\/em> del New York Times<\/em>, un art\u00edculo titulado \u00abLos marcianos construyen dos canales inmensos en dos a\u00f1os (Martians Build Two Immense Canals in Two Years<\/em>)\u00bb describi\u00f3 dos canales, cada uno de mil millas de largo y 20 millas de ancho que hab\u00edan aparecido en la superficie marciana La posibilidad de que estas fueran caracter\u00edsticas naturales fue descartada en el art\u00edculo.<\/p>\n

El p\u00fablico no fue tan r\u00e1pido en renunciar a los canales marcianos como lo fue la comunidad cient\u00edfica. Primero, no estaban tan cerca de los datos como los astr\u00f3nomos y, en segundo lugar, hab\u00edan recibido un aluvi\u00f3n constante de historias, especulando sobre la cultura marciana y sobre c\u00f3mo la civilizaci\u00f3n debe estar intentando fren\u00e9ticamente salvarse. Era una saga apasionante y no una que se puede olvidar f\u00e1cilmente. La saga Barsoom<\/em> de Edgar Rice Burrough (Barsoom es el nombre marciano de Burrough para Marte) comenz\u00f3 en 1912 con A Princess of Mars<\/em>, y bueno, quiz\u00e1s tambi\u00e9n hable de esta ic\u00f3nica serie en alguna publicaci\u00f3n futura.<\/p>\n

Para cerrar esta entrada<\/em><\/p>\n

La idea de que somos compa\u00f1eros de viaje en este universo no es nueva. Como hemos visto aqu\u00ed y puede seguirse en la lectura sugerida, ha habido siglos de discusiones sobre la cuesti\u00f3n de la vida extraterrestre; Eran teol\u00f3gicas, filos\u00f3ficas y cuasicient\u00edficas. Sin embargo, no fue sino hasta los \u00faltimos a\u00f1os del siglo XIX que el pensamiento de la vida de origen no terrenal se convirti\u00f3 en un tema de conversaci\u00f3n com\u00fan fuera de los c\u00edrculos de los altamente educados.<\/p>\n

Las razones de la difusi\u00f3n m\u00e1s amplia son varias. Primero, la instrumentaci\u00f3n cient\u00edfica se mejor\u00f3, permitiendo discusiones m\u00e1s definitivas entre los acad\u00e9micos. Despu\u00e9s de todo, preguntas como la existencia de vida o inteligencia extraterrestre son emp\u00edricas, y no hay ninguna posibilidad de que una discusi\u00f3n teol\u00f3gica o filos\u00f3fica resuelva definitivamente el debate. Las mejoras en los telescopios y la nueva t\u00e9cnica de espectroscop\u00eda permitieron discusiones s\u00f3lidas, bien informadas por datos duros. Sin embargo, la ciencia mejorada no explica el cambio en el nivel al que se inform\u00f3 al p\u00fablico. Para esto, necesitas un m\u00e9todo de comunicaci\u00f3n. En la d\u00e9cada de 1800, se realizaron mejoras en la tecnolog\u00eda de impresi\u00f3n y la forma en que el material impreso se present\u00f3 al p\u00fablico. La tecnolog\u00eda hizo que a las personas les resultara mucho m\u00e1s f\u00e1cil aprender sobre el tipo de cosas que les interesaban, como lo demuestra la tremenda respuesta a la farsa lunar.<\/p>\n

Como ya lo mencion\u00e9 l\u00edneas arriba (Y espero escribir m\u00e1s al respecto, probablemente en el 2018), la primera mitad del siglo XX mostr\u00f3 un aumento de lo que ahora llamamos ciencia ficci\u00f3n. Mientras que las historias de extraterrestres no son los \u00fanicos cuentos escritos en ese g\u00e9nero, los extraterrestres se volvieron de alg\u00fan modo respetables, dada la gran cantidad de art\u00edculos period\u00edsticos que la gente hab\u00eda le\u00eddo sobre Marte. Esto no quiere decir que nuestra versi\u00f3n de los extraterrestres no haya evolucionado desde la primera d\u00e9cada del siglo XX. De hecho, nuestra visi\u00f3n actual de los extraterrestres difiere dram\u00e1ticamente de las especulaciones de Lowell, Wells y sus contempor\u00e1neos. Para entender c\u00f3mo lleg\u00f3 a ser eso, debemos dirigirnos a un mundo convulsionado en la guerra, pero eso, ser\u00e1 tema de otro d\u00eda.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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