Guía para la Gestión de Alérgenos Parte 1 de 3

Un objetivo clave en las actividades en las que me desempeño profesionalmente, es ayudar a que los consumidores puedan tomar decisiones fundamentadas. Para esos consumidores con alergias alimentarias e intolerancias a algunos alimentos, es vital que estén bien informados acerca de la naturaleza y contenido de los alimentos que están comprando.

Es evidente que el número de personas que presentan reacciones adversas a alimentos tales como la leche de vaca, nueces de árbol y cacahuates, por citar algunos ejemplos, va en aumento. Las personas que padecen alergias alimentarias y aquellos que les compran la comida, necesitan que la información en las etiquetas sea clara, tanto en lo relacionado con los ingredientes alergénicos como con la posibilidad de un contacto cruzado con alérgenos (La denominada información precautoria), con la intención de tomar una decisión fundamentada.

Existe un acuerdo general entre la industria de los alimentos, los grupos de apoyo para consumidores y organismos acerca de que el uso excesivo de etiquetas de advertencia acerca de la posible presencia de alérgenos, no solo restringe las opciones al consumidor, sino que también devalúa el impacto de las mismas. A menos de que la situación sea por ingredientes deliberados, no suele haber controles reglamentarios que nos indiquen como etiquetar con respecto al posible bajo contenido de alérgenos debido a eventos de contaminación por contacto cruzado a través de la cadena de suministro de los alimentos.

Basado en la experiencia con clientes (Tanto asesorados como participantes en cursos y auditados, además de mensajes enviados por los lectores de este blog) consideré que sería útil elaborar una guía voluntaria de mejores prácticas para garantizar que el etiquetado de alérgenos sea lo más eficaz posible.

El etiquetado de advertencia solo debe utilizarse cuando, tras una evaluación exhaustiva del riesgo, existe un riesgo demostrable y significativo de contaminación cruzada de alérgenos.

Actualmente no existe un consenso sobre los niveles de alérgenos requeridas para provocar reacciones alérgicas en consumidores sensibles a diversos alimentos. Por lo tanto, esta guía establece un enfoque cualitativo para la gestión de alérgenos y la evaluación de riesgos. De manera anticipada se les avisa que tengo la intención de revisar esta publicación cuando exista evidencia científica adicional que permita establecer niveles cuantitativos de manejo de alérgenos.

¿A quién está dirigida esta Guía?

Esta serie de tres entradas proporciona recomendaciones voluntarias de mejores prácticas para ayudar a los productores de alimentos y minoristas a evaluar los riesgos de la contaminación por contacto cruzado de un producto alimenticio con un alimento alergénico o ingrediente alimentario y luego para determinar si el etiquetado de advertencia es o no apropiado. El objetivo es proporcionar una visión general genérica de un enfoque a seguir en la gestión de alérgenos y proporcionar un etiquetado de advertencia. El enfoque general descrito en esta guía es relevante para cualquier tamaño de empresa alimentaria, aunque algunas de las técnicas de gestión descritas no serán apropiadas para las pequeñas empresas. Además, la guía podría ser útil para los organismos que asesoran a las empresas alimentarias sobre las mejores prácticas; sin embargo, NO DEBE usarse como una herramienta de cumplimiento.

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